Protección

miércoles, 2 de enero de 2013

El Ave y el Camino





Quise conquistarte, pero nunca fui un felino al acecho para capturarte entre mis garras y no dejarte escapar. Lo mío fue más ser ave, había visto cómo era el camino hacia delante, había visto lo precioso que podía ser si venías conmigo, lo vi todo en perspectiva. Todo lo que tuve que hacer es invitarte libremente a seguirme por el sendero.




Y tú no sólo aceptaste la invitación, me cogiste de la mano y tiraste de mí para llegar cuanto antes, con una sonrisa en la cara, que jamás olvidaría, ni se borraría, porque quedó a fuego grabada. Y cada día esa sonrisa vuelve a aparecer, como un eco de las primeras, pero cada vez más intensa.


 Juntos caminamos, a veces corremos, por ese sendero. Ahora iluminado por rayos de luz, que lo hacen hermoso, como siempre debió ser. Los ojos y la sonrisa iluminados por ellos, por felicidad.




Si el camino está pareciendo hermoso, imagina cuando lleguemos a algunos lugares que vislumbré cuando era ave sobrevolando el camino de mi vida. Tú eres la llave para poder acceder a ellos, yo soy el guía. Y como tal te puedo prometer, que todo lo que verás a mi lado será digno de ver, será aquello que mereces y eres...

Será alegría y amor. Serán dos mundos unidos, será un universo común.